Régoa, elogio a la lentitud
Es otoño en Vilariño frío, un niño prepara su caballo y desciende
por un ríspido camino hasta llegar a la ribera del Sil, para ser testigo de la
belleza de viñedos en el límite entre el sueño y la realidad, con pobladores
vencidos por el cansancio de la vendimia, pero felices porque el fruto se
convertirá en vino, imagen que recordara para siempre.
José
María Prieto, el de la viña bonita de
Amandi, defensor de los vinos de guarda, no le gusta la velocidad y menos la
que rodea el vino para él un gran vino
tiene que tener mucha espera.
Régoa, la bodega con más
viñedo de uva Brancellao, en la Ribeira
Sacra, sus vinos son para festejar el tiempo, con los años
consiguen una armonía inusual una simbiosis perfecta entre pasado y presente.
Alejado de las modas se ha
convertido en depositarios de un estilo, único en Amandi, sus vinos son una mirada diferente a lo que hacen sus
vecinos, quizás algún día su espera se convertirá en moda, pero eso con seguridad
será otra historia.
Viva la lentitud y en nombre del
equipo de restaurante Nova agradecemos su hospitalidad.
Muchas gracias José María..
Un gran vino, un gran bodeguero y una bodega atemporal!
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